El rincón de Luis de Blas

Publicado 2016-05-15

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ANTE LA SEPULTURA DEL PASTOR GRISÓSTOMO
(“al pie de la peña donde está la fuente del Alcornoque”)
( Relativo a los capítulos XII al XIV de la Primera parte de Don Quijote de la Mancha)

I

Muerto de Amor, Grisóstomo, aquí yace
sin más pecado al celestial diseño
que ser hombre de bien, pastor risueño
y, al fin, víctima en triste desenlace.

No encuentre gloria quien la muerte abrace
ante el desdén a su amoroso empeño,
mas no condena el desdichado dueño
de un corazón que lo imposible place.

Aquí descanse en paz —si es que la tierra
aún guarda en pie su apasionada guerra—
Grisóstomo, soñando en su pastora.

Toque el rabel, Marcela, dulcemente,
al pie del Alcornoque y sea la fuente
chorro eterno de un agua que enamora.

 II

Descanse en paz y hasta bendito sea
aquel que rindió Amor con su gemido
de no ser corazón correspondido
y el azar le negó su panacea.

Escrito quede donde bien se lea
por encima del tiempo con su olvido:
Grisóstomo está aquí, sed bienvenido
quien tenga de su historia clara idea.

Quien sepa la razón de la locura
de un hombre que al imán de la hermosura
de Marcela, si preso, no halló halago.

Ni culpa, ni perdón se eche o se pida
al par de amantes; beban, que convida
aquí el Amor, de su agua, a un fresco trago.

 y III

Sepulto es ya donde al claror primero
de Marcela, Grisóstomo advirtiera
su bella imagen y prendado fuera
cual regalo a su oficio de cabrero.

Por este bosque, amó entre desespero
si aquí encontró respuesta esquiva y fiera
cuando alegre y gentil su alma pusiera
a los pies de su dama por entero.

Bajo este cielo y a la luz más pía
florezca, entre pasión y poesía,
la razón que dé fe a su semblanza

Y bríndele la tierra hondos abrigos,
a quien tuvo en su entierro por testigos
de honor a don Quijote y Sancho Panza.

Luis de Blas

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