Luis de Blas expresa el dolor por el fallecimiento de Antonio Soria en unos sonetos desgarradores
Publicado 2017-06-03
PALABRAS A MI AMIGO ANTONIO SORIA
EN SU CIELO
Vengo a decirte adiós, Antonio amigo,
desde el siniestro andén de tu partida
donde un silencio de mortal herida
me acompaña en el duelo por testigo.
De ya no verte en tu recuerdo sigo
por las eras de ayer con voz dolida
cuando más que aprendices de la vida
juglares fuimos al temprano abrigo.
Trovador de la mágica “Llanura”,
al paso de tu genio y tu figura
brilló triunfante la palabra en vuelo.
¿Vivir? ¿Soñar? ¿Morir? Adiós, Antonio,
guardaré con fervor tu patrimonio
de bonhomía por mayor consuelo.
* * *
Pasajero de lunas y romances,
no tuvo otro cantor la poesía
ni mi alma viajó nunca en compañía
más preciada de artísticos alcances.
A tu gloria asistí y a tus percances
si un viento helado te frenó otro día
y en tus venas trazó la cirugía,
sin más remedio, desolados trances.
Pena sintió el paisaje alcalaíno
viéndote, luego, al borde del camino
trazar un imposible itinerario.
Y yo que estaba allí del caño al coro,
te acompañé a hacer mutis por el foro
en aquel melancólico escenario.
* * *
Vengo a decirte adiós aunque presiento,
Antonio, que en el fondo no te has ido,
ni hay un verso en tus labios detenido
donde tiene la muerte su aposento.
Te escucho recitar sin un lamento
que quiebre tu garganta con su ruido
mientras cierro murallas al olvido
al dulce son de tu genial acento.
O tal vez sueñe y tu presencia en todo
la traiga el eco, de manera y modo
que llegue al infinito tu memoria.
Yo estaré siempre con “la puerta abierta”
pues sé que volverás, a ciencia cierta,
a hacer interminable nuestra historia.
Alcalá de Henares, mayo 2017
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